lunes, 12 de enero de 2009

¿ARTE?

Pues tras un descanso por las Fiestas Navideñas, me reincorporo a la costumbre semanal de compartir públicamente mi opinión sobre determinados aspectos de la vida que me llaman la atención, hoy le toca al Grafiti, eso que alguno denominan “arte” y que a mi no me lo parece en absoluto, que sea una forma de expresión, no lo discuto, pero, bajo mi punto de vista, calificar como “arte” el ataque indiscriminado a una propiedad pública o privada, con absoluta alevosía y, en muchas ocasiones, con nocturnidad, es denigrar violenta e injustamente toda la multitud de artes que se llevan a cabo sin vulnerar los derechos de los demás, esa es la diferencia básica y fundamental, la violación de los derechos ajenos, impide, desde mi modesta opinión, que dicha actividad pueda ser calificada como arte, sería tanto como llamar artista al ladrón, al carterista, al violador, y, si me apuran, al asesino, porque ninguna forma de pensamiento que se promulgue como progresista o anti-sistema, puede justificar el ataque o vulneración de los derechos de sus conciudadanos, y porque, incluso llegando a admitirlo como forma de expresión, la ilícita utilización de la base sobre la que se plasma vicia dicha manifestación de un defecto que imposibilita su conciliación con el concepto de “libertad de expresión” porque choca con los derechos de los terceros, del propietario de la base sobre la que se ejecuta, ya sea público o privado, del derecho de todos los contribuyentes a contar con unas vías públicas adecuadas a la estética convencional o mayoritariamente asumida como correcta, y por último, a la libertad de cada individuo de elegir qué arte quiere observar o no y qué modos o formas de expresión quiere recibir o no.

Me molesta más aún, el hecho de que, en estos últimos tiempos, el grafiti se está convirtiendo, en determinadas zonas, en una especie de chantaje o impuesto revolucionario establecido por grupos de estos “artistas”, que, tras bombardear un determinado espacio privado, acaban ofreciéndose a los propietarios del mismo para realizar , a cambio de un precio, un macro-grafiti que haga que los demás grafiteros se abstengan de pintar encima por respeto al autor o autores, no se, pero creo que cumple todos los elementos de lo que se conoce como extorsión, porque, que derecho tiene nadie a imponer al propietario de un inmueble la obligación de tener una estética en su propiedad que no sería la que elegiría en caso de no estar coaccionado.

Reconozco que si bien en el resto de temas comentados en este espacio, soy subjetivo, ya que esa es la finalidad de este Blog, en este, me siento especialmente sensibilizado por estarlo padeciendo directamente desde hace meses en un local de mi propiedad, en el que, por desgracia, por motivos de salud, no se está ejerciendo ninguna actividad en la actualidad, pero en el que no sólo se han invertido medios económicos que han sido muy difíciles de obtener, sino también sueños e ilusiones que están siendo violados sistemáticamente desde hace dos años y cuyo estado actual os muestro en fotografías, un saludo
Jorge Rivas







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