lunes, 27 de abril de 2009

EL REGALO QUE NUNCA TE HICE

Se acerca el día de la Madre, y como siempre fue costumbre en mí, no soy capaz de esperarme al propio día para dar el regalo, tengo mucha paciencia para la mayoría de las cosas (quizás demasiada para algunas), salvo para esa en concreto, nunca fui de regalos en el día de la Madre o en el día del Padre o en el de los Enamorados, etcétera, siempre me parecieron días inventados por los centros comerciales para imponernos la obligación de gastar un dinero en un signo de agradecimiento que se podía y que, de hecho, se debía demostrar en cualquier fecha del año y no específicamente en la que los comercios nos dijeran, pero este año, como regalo, me apetece recordar, la vida de mi Madre.

Delfina nació en una pequeña aldea de Orense (Galicia) en el año 1945, en medio de una familia de 11 hermanos sin más recursos que la tierra que labraban, tierra que ella también empezó a trabajar desde que, de muy niña, era capaz de hacerlo físicamente, hasta entonces se supone que le tocaría cuidar de sus hermanas pequeñas y ayudar en las tareas domésticas, todo continuó en esa línea, la normal en aquella zona y época, hasta que contando con 21 años, se casó con Manuel (4 años menor) y, literalmente, con una vieja maleta atada con una cuerda y llena de ilusiones y ganas de trabajar, se marcharon durante un año al País Vasco a ahorrar y “ver cómo iban las cosas”, tras ese año y cumplida la mayoría de edad de Manuel, ambos se marcharon con lo poco que habían logrado ganar a Suiza, donde permanecieron 14 años de duro trabajo junto a muchos otros emigrantes haciendo los “trabajos-basura” que los suizos no querían hacer (reseño esto porque muchos de los que lean esto, hoy o en el futuro, ignorarán que sus padres y abuelos fueron en Centroeuropa durante los años 60 y 70, como han sido y están siendo los marroquíes, subsaharianos, sudamericanos y trabajadores de la Europa del Este en nuestro país en los años 80, 90 y en la actualidad), esos 14 años fueron muy duros porque se tradujeron, además de en mucho trabajo, en muchos años alejados de la familia sin poder regresar a España por mor de ahorrar y ahorrar, lo que les llevaba a pasear por delante de los comercios, bares y restaurantes, en lugar de entrar. Allí nació su único hijo, el que suscribe, pensando que más adelante, cuando no hubiera que trabajar tanto, ya tendrían más.

Desde Suiza y, a pequeños plazos, lograron comprar un piso y un local en Madrid, donde llegaron en 1980 y a poquitos y con sus propias manos, algo de ayuda y todos sus ahorros, lograron reformar el local para montar un Bar-Bodega en el que trabajaron, codo con codo 16 horas diarias durante más de 22 años, empleando literalmente sangre sudor y lágrimas, empeñando la salud y la felicidad, porque toda su felicidad era trabajar para alcanzar sus metas y sueños, pero olvidándose de vivir y, sobre todo, disfrutar la vida y el fruto de su trabajo. Ese tipo de trabajo tan sacrificado y de tantas horas, cerró de facto, la conveniencia de tener más descendencia, no se podía parar, era el momento clave para aprovecharlo, si no se subían al tren, lo perdían, y así lo hicieron, como antes lo habían hecho, primero al convertirse en lo que Manuel denomina “desertores del arado”, y después, con la poca cultura que se pudo adquirir y la mucha inteligencia obtenida de la vida, luchar 14 años en un país en el que ni siquiera sabían comunicarse al llegar y 22 años en una actividad para la que no se habían formado específicamente, porque ya habría tiempo de disfrutar del fruto de tanto trabajo.

En 2001 se inició una horrible sucesión de desgracias, a Manuel le fue diagnosticado un cáncer de colon que le llevó a tener que someterse a radioterapia y quimioterapia preoperatoria, el mundo se venía encima, porque al no haber tenido antecedentes familiares, se nos hizo un mundo al pensar que tendría un trágico desenlace, el 5 de Febrero de 2002, fue operado extirpándole la tumoración, eso empezó a abrir un hilo de esperanza en que el proceso podía no tener el trágico final previsto, dicha esperanza se fue acrecentando conforme fueron pasando, primero los meses y después los años, alguno de los cuales, Manuel y Delfina pudieron pasarlos, en su mayoría, en su aldea natal, a la que, hasta ese momento, sólo acudían en épocas vacacionales.

En Septiembre de 2003 nació su único nieto Fernando, que pareció el revulsivo que haría olvidar la pesadumbre sufrida.

En Marzo de 2006 a Delfina de fue diagnosticada un tumor a la altura del Sigma, que implicó una gran operación para extirpárselo y un duro tratamiento de quimioterapia para erradicar cualquier traza de esa puta enfermedad.
En Junio de 2006 llegó un gran mazazo para Manuel y Delfina, su único hijo, el que suscribe, padeció un ictus como consecuencia de la mordedura de una garrapata que me mantuvo en coma inducido durante casi 20 días y que representó, como secuela física directa para mi, 6 meses en una silla de ruedas y la completa paralización de la parte izquierda del cuerpo, y como secuela psicológica directa para ellos, la cercenación de muchos de sus sueños e ilusiones de futuro, pero poco a poco, con su ayuda y apoyo, fui recuperándome.
Entre 2007 y 2008, a Delfina le diagnosticaron un tumor en el pulmón derecho y unas manchas sospechosas en el izquierdo, operaron primero el derecho y posteriormente y en cuanto estuvo milagrosamente recuperada, del izquierdo, concluyendo que en el izquierdo eran lesiones benignas.
En Septiembre de 2008, y tras unas vacaciones en Galicia, un escáner realizado en julio detectaba unas nuevas tumoraciones a la entrada del pulmón derecho de Delfina, lo que las convertía en inoperables por su ubicación, decidiendo los oncólogos erradicarlos por medio de radioterapia y quimioterapia, la lucha fue incansable y, finalizado el tratamiento, sólo quedaba ver al oncólogo el 12 de Febrero de 2009 para que confirmara el éxito del tratamiento, pero en los primeros días de febrero, Delfina comenzó a manifestar ciertos síntomas cognitivos extraños, raros despistes, olvidos, gestos impropios en ella, avisado el oncólogo, nos hizo llevarla de urgencias a hacer un escáner cerebral que destapó un horrible diagnóstico, múltiples metástasis cerebrales eran las que provocaban esa sintomatología con lo que el pronóstico era muy grave, un mes después, la madrugada del 5 al 6 de marzo de 2009, Delfina se apagaba agarrada a las manos de su marido y su hijo.

La pobre no llegó a poder disfrutar del fruto de toda esa vida de duro trabajo, siquiera pudo disfrutar 5 años de su nieto, se que le quedó el orgullo de verme bastante recuperado y sobre todo se que se llevó con ella todo el amor de sus amigos, hermanos y demás familia, pero sobre todo el AMOR de su marido y de su hijo, en los que ha dejado un gran vacío que jamás se podrá llenar.

Mamá, a pesar de los muchos que te di, me quedaron muchos besos por darte, tengo fe en que algún día te los daré.

TU HIJO

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jorge,soy marisol navarro
desde el primer momento que me metí en foroictus,tus comentarios,tu interes bueno todo...me hacia presintir tu calidad humana y tus grandes sentimientos hacia los demás, despues de leer tu preciosa carta llena de sentimiento,sin poder evitar "poner carne de gallina de principio a fin"tengo que decir que ojala por el mundo hubiera mucha gente como tú. GRACIAS JORGE no sabes todo lo que me aportas desde la distancia, sobre todo en estos momentos tan duros en los que me esta tocando vivir. GRACIAS

carmen alvarez dijo...

Bonita historia Jorge yo también te conozco de foroictus (soy nueva)