miércoles, 19 de noviembre de 2008

CAMBIOS CON LA CRISIS

En esta época de crisis, es increíble los cambios que se pueden observar en la gente, por un lado a nivel personal, sólo hay que fijarse en cómo cambia la forma de comprar de la gente, se tiran de cabeza a las denominadas “marcas blancas” y a los productos que dan mucho rendimiento a bajo coste, en las escaleras de los edificios vuelve a oler a coliflor, a garbanzos, a guisantes a huevos batidos para tortilla, etcétera, se aprovecha todo, tirar no es una opción por lo que pueda pasar, pero no sólo en la comida, también en la ropa, el calzado, los electrodomésticos y los coches, la gente prescinde de los caprichos y de gente sin estudios salen grandes economistas que aprenden a estirar los euros a más no poder, pero, si en un futuro a corto, medio o largo plazo, se pasa esta época de crisis, qué ocurrirá con la gente, será capaz de haber aprendido la lección y aprovechar una hipotética futura situación de bonanza económica para guardar para cuando regresen las “vacas flacas” o, por el contrario, en lugar de ser como las hormigas, la mayoría se comportarán como la cigarra de la fábula y no sabrán guardar para el mañana, haciendo bueno el dicho de que “El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”, pues lo siento, pero yo opino que la mayoría de la gente volverá vivir “al día”.
En el terreno laboral se ven cambios de todo tipo, los empresarios por ejemplo, en muchos casos, descubren que les han facilitado la excusa perfecta para deshacerse de los empleados que les resultan molestos y lo hacen justificando no tanto las perdidas cuanto el descenso en los beneficios, pero no nos olvidemos que muchos de esos trabajadores son los directos culpables de encontrarse en el punto de mira del despido, toda vez que si bien ahora, por el miedo, no piden la baja médica absolutamente para nada, antes de llegar a esta situación, prolongaban deliberadamente los síntomas de cualquier proceso catarral porque era más cómodo quedarse en casa y que te pagaran aunque fuese un poco menos, que curioso, el índice de absentismo laboral ha caído en picado desde que los expedientes de regulación de empleo han comenzado a sobrevolar las empresas cual buitres en busca de cadáveres.
Pues lo siento, yo creo que deberíamos aprender de nuestros errores y pensar que si llegamos a superar esta crisis, cuando podamos, debemos guardar y ser cabales porque la siguiente vendrá y puede que sea aún peor. Aprendamos a diferenciar entre necesidades y caprichos (“no es más rico el que más tiene si no el que menos necesita”), un saludo

Jorge Rivas

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